Francia: Un gobierno de espaldas al pueblo trabajador

Viernes 15 de julio de 2016, por JOSÉ RIGANE

En los últimos meses hemos publicado varios artículos sobre las fuertes protestas sociales en Francia, surgidas luego de la presentación de un proyecto de ley que pretende cambiar el código laboral vigente en ese país.

Esa ley, llamada “Ley El Khomri“, según el apellido de la actual Ministra de Trabajo quien la propuso, apunta a la flexibilización del mercado laboral, dando prioridad a los convenios laborales establecidos por cada empresa, ante los convenios colectivos acordados y defendidos por los sindicatos y los trabajadores de cada sector, entonces abriendo la puerta a una mayor desorganización y consecuentemente una precarización de los trabajadores al igual que una importante pérdida en términos de derechos laborales, ya que todo, desde los días de las vacaciones y licencias hasta el pago por horas extras, quedará a merced de los empresarios.

Pero a pesar de que, desde la propuesta de la reforma en marzo hasta ahora, las protestas y huelgas no pararon y recientemente, el 14 de junio en plena Eurocopa, culminaron en la segunda manifestación más importante luego del 31 de marzo con más de un millón de personas en las calles; y a pesar de que el 70% del pueblo sigue rechazando la nueva ley laboral y que el gobierno francés actual es el menos popular en la historia del país, el presidente Hollande se tapa las orejas, cierra los ojos y sigue avanzando por el camino trazado por las instituciones de la Unión Europea –por supuesto con la amable colaboración de las empresas transnacionales- que insisten en el ajuste y la aplicación de medidas neoliberales, causantes de desempleo, pobreza y desintegración de sociedades enteras.

De espaldas al pueblo, el pasado martes 5 de julio, el Primer Ministro, Manuel Valls, anunció entonces que iba a imponer la reforma SIN pasar por la asamblea nacional, el órgano soberano del pueblo votado democráticamente, haciendo uso del artículo 49.3 de la constitución francesa, que le otorga el derecho de decretar ciertas leyes, siempre y cuando no se presente una moción de censura que frena el decreto; cosa que no ha ocurrido en este caso ya que la oposición no llegó a juntar los votos necesarios. Sin embargo, la nueva ley laboral aún no entró en vigor ya que tiene que recibir aprobación en el Senado, aunque debido a la mayoría conservadora no debería representar un mayor obstáculo. De todas formas, Manuel Valls ya anunció que no va a dudar en volver a aplicar el artículo 49.3 si es necesario. A pesar del decretazo, los trabajadores franceses, históricamente muy combativos (Francia tiene el mayor índice de huelga de los países europeos), siguen de pie y la Confederación General de Trabajo (CGT) ha anunciado respuestas adecuadas frente a ese accionar autoritario de un gobierno supuestamente democrático, de un partido supuestamente socialista.

Es importante reiterar que desde su inicio hace 4 meses, la lucha que protagonizan los trabajadores franceses se ha vuelto una de las luchas más severas que el país ha vivido en las últimas décadas, una lucha que al reunir a los más diversos sectores de la sociedad francesa ha generado una convergencia fructífera entre estudiantes, trabajadores, jubilados, etc..

Nosotros, desde la Central de los Trabajadores Argentinos Autónoma nos solidarizamos con nuestros compañeros y compañeras del país galo, repudiamos la ignorancia de la voluntad popular por parte del gobierno francés, la manera antidemocrática y autoritaria en la cual está avanzando para imponer la nueva ley laboral, convirtiéndose una vez más en cómplices de los grandes capitales y situándose de espaldas al pueblo trabajador.

El director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA (IEF-CTA) Julio Gambina en un reciente articulo publicado el 12 de julio de 2016, vinculado a la situación que vive la Argentina, titulado “Macri profundiza la dependencia y la inserción subordinada“, afirma:

“Es interesante destacar que el argumento o discurso de las clases dominantes, retoma el planteo originario de 1816 por el libre comercio, el libre cambio y la libre competencia, claro que ahora en la época imperialista desde comienzos del Siglo XX y la mundialización operada por las transnacionales desde la crisis de fines de los ’60 y comienzos de los ’70”.

“La liberalización de la economía mundial es programa del capital hegemónico mundial que sustentan los principales Estados del capitalismo mundial contemporáneo, y que con ellos organizan una superestructura jurídica de la mundialización para sustentar los derechos y seguridad de los grandes inversores del capitalismo mundial”.

“Aquí está la convergencia del proyecto del gobierno de Macri con el orden mundial para desactivar cualquier pretensión de inserción internacional alternativa, como los intentos formulados en años recientes derivados del cambio político manifestado a comienzos del Siglo XXI en Nuestramérica”.

“En rigor, el gobierno de Macri se asienta en la cuestión objetiva del modelo productivo y de desarrollo construido desde los ’90, con sojización y mega minería a cielo abierto bajo dominación de transnacionales de la alimentación, la biotecnología y la minería; con estímulo a la producción y exportación de hidrocarburos no convencionales, subordinada a la tecnología de la fractura hidráulica o fracking; con una industrialización de armaduría sustentada en importaciones de partes y dependencia tecnológica, incluso ahora alentando la importación y desarticulando industrias asentadas en las economía regionales; financiada por un endeudamiento deliberado e inserción en la lógica criminal del capitalismo contemporáneo, con especulación financiera, tráfico de drogas, armas y trata de personas”.

Más adelante el director del (IEF-CTA ) dice:

“Por eso no alcanza con la defensa de derechos, sino que se requiere ir más allá“.

“No es solo discutir el papel del Estado, sino el carácter del Estado, al servicio de quién o el para qué del Estado. Se trata de definir un Estado para la transición social, económica, política y cultural, para afirmar una independencia integral“.

Como vemos, el movimiento obrero sufre las consecuencias en el mundo, la imposición, de políticas liberales y neoliberales, no importa demasiado si se trata del denominado “primer mundo“ o “patio trasero“, ante ello, también en la Argentina se abre un único camino a transitar, que no puede ser otro que construir el paro nacional y la máxima unidad de acción, ante la inflexibilidad de quienes detentan el poder y la necesidad imperiosa que se impone de enfrentar estas iniciativas de sometimiento y mayor explotación y pauperización de los trabajadores y sectores populares.

En ese camino profundizar el debate con todas las fuerzas y representaciones del movimiento obrero, sociales y politicas, en la defensa de las fuentes de trabajo, parar los despidos, las suspensiones, contra los tarifazos, el deterioro salarial, la precarización, el impuesto al trabajo y toda iniciativa en contra del derecho de huelga.

Siempre nos va a faltar mencionar alguna reivindicación, o de los compañeros jubilados, o el salario mínimo, o paritarias libres, o libertad y democracia sindical. Lo que no puede faltar es el espiritu solidario, la unidad, el desarrollo organizativo en la construcción del poder propio, objetivos que las fuerzas que nos oprimen y someten no lo van hacer por nosotros.